jueves, 26 de agosto de 2010

de humo y aurora


Contaré las lunas infinitas de tus dedos, como cuento las mías, lenta penumbra que me termina. Atravieso su color, aire sabor murmuro, húmedas palabras apagan tu noche, eterna nostalgia que llevamos en las uñas. Óvalos que quieren saber a auroras, con su mar de hilos para hacer el día. Nado de aves llegando a tu oído, instalan mis manos completas de pescar caricias, de hilvanar el vuelo para caer al cielo.

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