No es de ti ni de mí
el olor ácido dulce
de donde brotan
peces sabor a niña
ni el apretado grito
sofocado en risas.
Tal vez es nuestra
la melodía del vino
salino en tu cabello.
Somos del espejo fantasías
y de la noche sueños
que devoró la cama.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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