lunes, 4 de octubre de 2010

Holanes


Hoy que crezco, y los huesos lentos se van hacia abajo, se compactan, la piel encierra un tono claro y suave, el cabello se esmalta y me llega hasta el cuello, hace redondos mis hombros. Regreso a tener el pecho liso como los niños. Unas calcetas se tejen, veo cómo suben en enredadera hasta mis rodillas, el pantalón se deshace y en su lugar me crece un vestido satinado, y los holanes hacen circunferencia y marcan el límite de mi mundo, que recorro a saltos de charol blanco, y a vueltas de enseñar calzones.

Seguramente es domingo, tengo cinco pesos en la mano y puedo comprar sonrics, sabritas, ricolino, vero, de la rosa, larin, kínder, canels, puedo pedir con la voz templada, llena de saliva, para qué me alcanza, con esto para qué me ajusta, y convertir los centavos en abejitas. Hoy crezco para dentro, el infinito dentro que confundí con lo alto, y haré todas las preguntas que esperan ser pescadas en el aire, me dejaré libre en este jardín donde amanezco entre las olas o duermo para cortar el lazo del cuello, a las olas barco y al lazo moño, y al aire vueltas, y a las vueltas mi vestido con holanes y en el vestido la medida inmensa de mi mundo.