martes, 27 de abril de 2010

Madrugada


Y yo también miraba la luna fumarse un cigarro conmigo. Busco entre sus dientes los míos, manchados de la luz de la calle. Ella está fuera de la reja de mi patio, posiblemente fumando también contigo. Tú buscas su oído de humo por palabras que llenan tu boca, ella sabe que los fumadores pensamos tanto y decimos tan poco.

miércoles, 7 de abril de 2010

Moralidad

Recuerdas la esfera de mercurio, cómo la jalabas de tu cuello. La compraron en Teotihuacán un verano que pensaban ir a Estados Unidos, pero con la devaluación decidieron ir al centro del país. No te importó no ir a Disneylandia, prometieron llevarte a conocer a Keiko.

A pesar de pedirte que no metieras la esfera a tu boca, la chupabas todo el tiempo, emocionada con saber que tenías una capsula de veneno sobre la lengua. De alguna forma no les preocupaba, sabían que no te atreverías a morderla, entendías que en asuntos de vida y muerte era probable que ellos tuvieran razón. Ellos eran jóvenes y frágiles, lo sabías, no se podía ser joven y frágil también, los cuidabas no cayendo de la pirámide, no mordiendo la esfera con el mercurio.

Conservaste la esfera años, aún después de que el cordón se rimpió y perdiste la afición por saborearla. una tarde la esfera resbaló por el tocador y cayó detrás derramando el mercurio en el piso. Sabías que no había que tocarlo y tomaste una hoja de papel, acercaste el líquido y se volvió una bella ampolla plateada, escurridiza. Tu hermano gritó a ellos avísandoles, rápidamente y sin dudarlo acariciaste tu primera opción letal que se iba del alhajero.